martes, 1 de abril de 2008

* CRONICAS DE HAMBRE: Apúrenle cabrones…


1º de abril, 2008.

Ellos lentos en el conteo y yo con hambre. Son las 9:15 hrs. Empiezo a escribir, todo el día muy a pesar mío, estuve muy visitado, mucho más que el domingo. Por la mañana, con 96 horas sin alimento, muy valiente, me sentía entumido de los pies y decidí estirarlos, caminar un poco. Me duró poco el gusto, me vuelvo a dar cuenta que ya no los hacen como antes. Hoy sentí que mis 55 años pesan un chingo, tal vez sea, pensé, porque no he comido y mal dormido, el hambre me despierta, caminé unos pasos y tuve un ligero desmayo, me encabroné conmigo mismo, Qué pinche viejo me he puesto, dije, con apenas unos días, cuatro, sin comer y ya tengo mareos. En chinga y sin avisarme, alguien de los amigos que me acompañan llamó a la Cruz Roja, ya repuesto y en mi silla me encontraron casi enojado, Tranquilo, me dice el paramédico, ya está bien pero tiene que comer. Signos vitales, bien, presión arterial, bien, glucosa, bien… condiciones del paciente, buenas, recomendaciones, que coma. Ah, mi doctor, le dije como el poeta, cambiadme la receta, estoy en huelga de hambre y una huelga como usted bien sabe, se trata de no comer. Es mi recomendación y firme que usted es responsable de su salud, nunca culpé a nadie de mi decisión ni culparé de sus consecuencias. Imagine doctor, le dije, estoy aquí con hambre nomás porque no hemos encontrado a los culpables de este desmadre, porque ahora resulta que todos somos inocentes.

Con uno. Quiero saber cómo van, saberlo por ellos mismos, chingao o como me dijo mi conciencia, Pepe ya no digas chingao, mejor di carajo, Es así que empiezo a decir carajo en lugar de decir chingao, aunque cada día que pasa me siento más chingao, evitaré decir a partir de hoy, chingao. Decía, cómo van, quiero saberlo. He llamado a los contrincantes, les he enviado mensajes, Digan a Encinas, les he dicho, que quiero reunirme para expresarle mis preocupaciones, mis palabras, las que traje del sur, cinco mensajeros de sus gentes más cercanas, de los que le hablan al celular y les toma la llamada, todos se comprometieron, uno incluso, Tienes médico, me preguntó, me permites que te envié uno?, han pasado tres días desde que lo ofreció, mejor vino la cruz, el medico ofrecido debe venir de muy lejos y llegará tarde si viene caminando, así que mejor me rasco con mis propias uñas, como dicen en el pueblo, Me comunicaron con Encinas, hablé con él, Alejandro, le dije, te pido me des un espacio, me recibas, con todo y que empiezo a estar débil con mucho gusto voy a tu oficina, Me saludo amable, cortés, atento, Yo iré a verte, Pepe, me dijo, Suerte, suerte.

Con otro. Digan a Ortega que me dé cita, audiencia, quiero decirle seguramente lo que ya sabe, pero quiero ver en su rostro el compromiso con la legalidad y con un acuerdo de reconciliación nacional que he propuesto. Se enteró del rollo de la ambulancia, de mi desfallecimiento. Me habló por teléfono. Pepe, dijo, cómo estás. Un poco cansado pero aún leo, le dije, también le expresé mi interés en reunirme para escuchar de su voz la situación. Hoy voy a verte, dijo y vino. Una nube de periodistas lo esperaba. Pepe, quiero decirte que muchos militantes, yo entre ellos, me dijo con esa seriedad que le pone a su rostro cuando quiere dar firmeza y compromiso a sus palabras, estamos preocupados por tu salud, la lucha por la unidad que has emprendido es comprendida y apoyada por todos, claro hay quienes apuestan a la ruptura pero por fortuna son los menos. Te vengo a pedir que reconsideres tu decisión y levantes la huelga, este miércoles habrá ganador y los resultados serán calificados por la Comisión Nacional de Vigilancia y Garantías, que no vigiló nada, ahí tenemos los resultados. ¿Y el acuerdo político de reconciliación del partido, Chucho…?, Le comenté que agradecía su presencia, su preocupación por mi salud, pero esperaba de Encinas y otros actores políticos el mismo compromiso con el partido. Lo noté sincero, preocupado. Cuídate, lo haré.

Solicité audiencia con Cota Montaño, el presidente nacional. Me recibe mañana. Iré a su oficina, es más fácil bajar que subir, pero el compañero dice no conocerme ni saber quien soy. Yo digo que eso debiera valerle madre porque un compañero suyo, sea quien sea, se llame como se llame, esta a la puerta de sus oficinas en huelga de hambre nomás por el simple hecho, entre otras muchas cuestiones, porque su dirigencia permitió el desmadre que se vive. Así de sencillo y si cree que mi visita es para para felicitarlo por sus omisiones y acciones en el proceso, entonces le concedo la razón porque no me conoce. Quien me conoce sabe que tampoco soy emo, sino un hombre que discute ideas y defiende sus principios, ideales, convicciones y a veces aunque muy pocas veces, alguna propuesta.

Ya mañana veremos cómo pinta el colorado, por hoy, se cierra el telón, estoy muy cansado aunque debo confesarlo, me es muy difícil conciliar el sueño…

Muchos abrazos…


Pepe Alcaraz
__________________________

No hay comentarios: