31 de marzo del 2008
Si le hubieran avisado a Santiago Nassar, dice Gabo en su Crónica de una muerte anunciada, nadie le habría sacado las tripas con un cuchillo de carnicería justo en la puerta de su casa. En el mundo del hubiera que significa regresar el tiempo para saber lo que habría sido, imaginario, al fin pasado que nadie puede volver atrás, Si los perredistas de arriba, los dirigentes, y los de abajo, los militantes, hubieran visto que la marcha por la unidad del partido que salió de la Unión, Q. Roo al Distrito Federal, era un aviso del desmadre que se venía, que les decía órale cabrones, salgan de sus cuevas y sus casas, caminen para salvar al partido porque si no caminan y con la caminata construimos un muro de contención, se lo va a cargar la chingada porque se armará un jaleo que dará miedo vivirlo, seguro se habría convertido en una marchota, ríos de perredistas de uno y otro bando y si contamos con los simpatizantes y los amigos de la élite del mayor partido de izquierda, el muro habría crecido tanto como la muralla china, pero ahí tienen que unos y otros dijeron, con excepción de pocos que reconocían la importancia de la idea pero mas el esfuerzo, Esos gueyes de la marcha están pendejos porque el partido no esta como ellos dicen, dividido y rumbo a la confrontación, Sépanse marchistas decían los que discrepaban, respetamos su dicho pero el partido con sus diferencias, saldrá fortalecido del proceso, quien sabe de que partido estarán hablando, mejor hay que dejarlos solos y así fue, solos caminamos y caminamos mil trece kilómetros, pasando comunidades, pueblos y ciudades y con cada paso intentamos hacernos oír y retumbar los caminos para que los que mantienen cerrados sus oídos oyeran que una mala noticia se nos venía encima, porque hoy nos damos cuenta, desde antes se había dictado la estrategia de quiebra de una institución que aún, cada vez menos y para menos, sigue siendo una esperanza de cambiar sus jodidas condiciones de vida en que han vivido si vivir se llama a su forma de vivir por generaciones los más humildes del cuento. Esa idea es pues volver en el tiempo y como dijo el predicador, ese afán también es ir contra el tiempo y resulta ocioso.
Aquí estamos, escuchando a unos y otros, a los de arriba y a los de abajo, culparse de sus propias culpas o quizá queriendo exculparse de sus necedades. Ahí la llevamos Pepe, nomás que los otros se oponen, dicen unos y argumentan otros. ¿Quiénes son los malos, quienes los que están madreando al partido, podremos, seremos capaces de al menos desenmascararlos o de nueva cuenta habrá cuenta nueva…? Bonita chingadera la mía digo yo, aquí en huelga de hambre, por mi voluntad desde luego, nadie me obligó, yo quise hacerlo porque me sobra grasa y panza y porque estaba desocupado y en algo quería ocuparme, me dije, al fin podré dormir un chingo de tiempo como en tiempo no he dormido, el partido consumiéndose como se consume un reloj su arena, granito a granito y ellos, los Encinas y los Chuchos, reuniéndose en desayunos sin desayunar aunque sus tripas se hagan trizas también como ellos, aunque nunca como fueron destazadas las de Nassar con aquel cuchillo de carnicería, para intentar acordar los mecanismos que les permita destrabar el proceso.
Mientras eso hacen los de arriba los de abajo están dormidos, roncando, esperando que los despierte el humo blanco para salir a festejar el triunfo de su gallo que cuando fue necesario por conveniencia negaron repetidamente. Esperan la línea del líder de la tribu, el guía que conoce el camino que mejores beneficios le reditué su acción de levantarse en armas, el jefe de la banda del carro rojo, del diputado del distrito, del senador que de tanto cenar, ahora es incapaz de moverse. Esperan línea para moverse. Sin línea, sin instrucciones nadie hace nada. Es la única forma de entender porque han desaparecido como por arte de magia las manifestaciones y los bloqueos para exigir limpieza electoral, para reclamar a los suyos SOLUCION YA PARTIDO PARA TODOS, parodiando la consigna que forma parte de la expresión obligada de los perredistas: DEMOCRACIA YA PATRIA PARA TODOS.
Los de abajo que siempre han sido la esperanza para empujar el cambio que necesita el país, la transformación que urge al partido, ahora son testigos mudos de la desgracia, de la peor crisis que vive el partido y todo porque nadie les ha dicho arriba cabrones, porque sus líderes están metidos hasta las manitas en el proceso y no saben como sacarlas limpias porque las tienen sucias, pero además si dicen algo se los chingan, Así se hacía en la Gestapo, lealtad absoluta. Esta vez los de abajo del partido demostraron estar más que mediatizados que en las peores épocas de aquel partido que tanto odian porque empiezan a parecerse tanto. Entonces, al fin tengo tiempo libre, hago algunas preguntas necias. ¿Dónde están los militantes libres, demócratas y luchadores incansables…?, ¿Dónde están ahora que el partido los necesita…?, ¿Por qué permiten que se destace el partido como fue destazado Santiago Nassar, para que luego muera con las tripas en la mano?, ¿Dónde está el coraje, el valor, el orgullo, la vergüenza, la dignidad de esos militantes aguerridos que toman las calles, las carreteras, las casetas de cuota, las oficinas públicas, reforma…? Párale Pepe, dice mi jodida conciencia, te van a mandar a dar una madriza y con lo débil que estás, chance ni la aguantes, lo mejor es seguir callado como lo hacen los otros y los otros, Tal vez sea razonable…
Aquí veo pasar mucha gente, dicen que se trata de la alta burocracia del partido, son los importantes, se oye decir, suben y bajan pavoneándose, mirando de reojo al huelguista para no mirar a nadie, algunos se portan como si fueran magnates, es constante el entrar y salir del edificio de Benjamín Franklin, Me saludan algunos, los que me conocen o que me empiezan a conocer, se acercan y me dicen, como vas Pepe, a veces se quedan a platicar sus historias y como todos, dicen son chingaderas que estemos perdiendo tanto tiempo si lo importante es empezar a trabajar para recuperarnos de este desmadre, pero hacen mutis cuando se acerca algún conocido que tenga que ver son el proceso. La pregunta de todos los días a todas horas es la misma, ¿Cómo van?. Los consejeros, gente importante del partido, igual que todos, están divididos. Recordé aquel chiste del borracho que llega a la cantina, bravucón. Cantinero, dice, divida a sus parroquianos, de este lado los que son rateros y de este otro, los pendejos. Se le acerca uno de los aludidos, Yo no soy ningún pendejo, le dice en su cara, Entonces, pases para este lado. Remata.
Así en el partido, si acaso hubiera quien dijera de un lado los Chuchos y de otro lado los Encinas, nadie quedaría en el centro para hacer al menos un llamado a la congruencia porque todos serían simplemente incongruentes con los valores y principios del partido. Se trata de un partido sin arbitro y como es sabido por todos, cuando se da un partido sin arbitro la limpieza del juego depende del compromiso de los jugadores. ¿qué podíamos esperar? En este panorama vivo y disfruto mi drama. Andrés Manuel tomo partido y se metió erróneamente al juego, ya salió con patadas y espinillas jodidas y con los días será peor, Cárdenas, se alejó por su conveniencia, para evitar mayor confrontación con aquel en quien depositó su confianza y esperanza de transformar su país, esperando quizá algo que nunca supo anticipar, una correspondencia del apoyo otorgado a favor de uno de los suyos.
Ayer me sentía peor que hoy. Cada vez es menor mi hambre, solo empiezo a sentir ligeros mareos y mas sueño. Es debilidad. Pasé la prueba inicial en una huelga de hambre que son los dos o tres primeros días. Anoche había dolores de estomago, retortijones que me impidieron tener un buen sueño, pienso que por eso tengo sueño ahora. Hoy empecé, seguro por mi falta de movimiento, sobretodo después de haber caminado tanto, a sentir un leve dolor en mis articulaciones, las rodillas, la cadera, los pies. La cabeza dejó de doler como ayer, pero siento mis ojos más irritados y mis labios se niegan a obedecer con la fluidez de antes mis palabras… tengo menos ganas de platicarle a los que me visitan las razones de la huelga.
Ya falta menos, dicen…
Un abrazo.
Pepe Alcaraz
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